El pintor y sus pinceladas hacen de un simple lienzo toda una obra de arte que puede costar muchísimo.
El carpintero toma un pedazo de madera rústico sin valor ni utilidad y lo convierte en algo deseable y honroso.
¿Como lo hacen? Simplemente porque es su toque lo que hace de estos materiales algo diferente.
Ahora pensemos ¿que podrá producir un toque de Dios en nosotros?
El toque de Dios en nosotros
Su mano es lo que cada persona requiere para descubrir lo hermosa que es la vida, es como un resplandor en medio de una gran oscuridad.
Un día, aparece Él con sus misericordias y pasas de ser un simple mortal para encontrar lo valioso que eres.
El Maestro pone Su toque y nunca más vuelves a ser igual.
Ahora brillas y encuentras tu lugar.
No en el que la sociedad te puso, tu verdadero lugar, para lo que fuiste diseñado.
Hoy, donde se ha perdido el valorar a las personas, cuanto necesitamos que El Maestro venga y nos ayude a amar de verdad.
Que nos vuelva a la vida y nos salve de la depresión, del estrés, de los afanes por adquirir cosas, de un mal noviazgo y de los supuestos placeres que solo nos llevan a una farsa de vida donde todo termina como una vida de payaso.
Sonríes en el público mientras tu interior clama libertad; estas cosas nos han hecho olvidar lo más importante.
Hoy te invito al taller del Maestro, sus manos te recordaran que eres especial.
El está en el momento más oportuno ni temprano ni tarde; no se trata de una religión se trata de Jesús.
Clama a Él y Él responderá. Jamás ha dejado a un sediento sin Sus aguas. Él sacia la sed de cambios que nosotros no podemos calmar.
Hoy lo necesitamos, Él es verdadero, más verdadero que todo lo que nos parece real.
Está dispuesto está a tocarnos y darnos un nuevo comienzo donde pensamos que todo había terminado.
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